Más de 200 mil viviendas se derrumbarían en nuestra capital si hubiera un terremoto de 8 grados de magnitud en la escala de Richter.

Los expertos coinciden en advertir que, en cualquier momento, el Perú podría sufrir un sismo como el que devastó Japón el último viernes. Sin embargo, a diferencia del país oriental, las autoridades locales no se han preocupado por adoptar medidas de prevención y de seguridad en las construcciones.

El decano del Colegio de Ingenieros de Lima, Francisco Aramayo, indicó que, en un 75%, las construcciones de la capital son informales, es decir, no cuentan con licencias ni con una adecuada supervisión técnica. Se estima que más de 200 mil viviendas colapsarían si se produjera un movimiento telúrico de 8 grados en la escala de Richter.

NO SE PREVIENE. Para Aramayo Pinazo, el Estado debería poner énfasis en reforzar las estructuras de los colegios y los hospitales porque, en un eventual terremoto, servirían como refugios para los damnificados y los cientos de heridos.

Asimismo, invocó al Congreso de la República a que modifique la Ley 29090 pues permite la construcción de edificios de hasta cinco pisos sin ningún tipo de supervisión y con licencias automáticas.

“En los próximos días, el Colegio de Ingenieros va a firmar un convenio con el Ministerio de Vivienda para que los especialistas supervisen las construcciones que se ejecutan en los diferentes distritos de Lima”, señaló el decano.

De otro lado, Aramayo informó que nombrarán a los supervisores de obras para que fiscalicen la ejecución de las edificaciones de acuerdo con los proyectos aprobados previamente. Al año se construyen unas 60 mil viviendas en Lima, pero son pocas las que tienen material antisísmico y resistente a los temblores de gran magnitud.

“El Perú cuenta con normas técnicas antisísmicas que son reconocidas internacionalmente. Sin embargo, es necesario que el Estado se decida por impulsar una buena política preventiva”, acotó.

Fuente: Peru21